La mayoría de los Ataques Cerebro Vasculares pueden prevenirse si las personas realizan controles médicos periódicos y si se presta atención a ciertos factores de riesgo como la obesidad, la Hipertensión, la diabetes, el tabaquismo y el sedentarismo entre otras cosas.
En este contexto, la alimentación y el ejercicio físico juegan un rol central para la adquisición de hábitos saludables que ayudan a cuidar la salud. Realizar actividad física de manera rutinaria favorece a la reducción de riesgos de afecciones: la inactividad física está asociada con los efectos adversos para la salud. El ejercicio físico, además, contribuye a perder peso, a reducir la presión y los niveles de colesterol, y beneficia el control de la diabetes.
Tener en cuenta tres claves relacionadas con la alimentación: